Es un honor poder presentaros a la ilustradora Medusa Dollmaker que viene hablarnos del magnífico arte del juego de cartas High Society y de su último trabajo el libro de aventuras de la Princesa Prometida.
¿Cómo fueron tus inicios como ilustradora de juegos de mesa y háblanos un poco sobre tu trayectoria profesional?
Mis inicios como ilustradora para juegos fueron como jugadora sin duda. A mi marido le encanta coleccionar juegos y cuando podemos nos reunimos con amigos a echar una partidilla. Empecé siendo jovencita, hace ya más de 15 años, con portadas de discos, tatuajes, colaboraciones, retratos, etc. En esa época estuve trabajando como escultora y bocetista fallera también. Tras eso logré encontrar trabajo en una empresa de diseño de moda como ilustradora, donde seguí aprendiendo ilustración digital. A partir de entonces intenté hacerme hueco como artista independiente mientras curraba en otros sitios, hasta que por fin pude dedicarme 100% a mi carrera.
¿Cuál es tu técnica artística favorita? ¿Por qué?
Tradicional, acuarela y gouache. Los matices y texturas que deja el tradicional sobre papel o madera son únicos, irrepetibles.
Tu primer juego (si no me equivoco) ilustrado fue High Society. ¿Cómo fue el proceso creativo y que partes fueron más desafiantes?
Ese fue mi primer juego de mesa/cartas, antes estuve trabajando en juegos como el Dresden Accelerated o la versión española de Casas de Sangre. El proceso fue muy intenso y detallado, desde la fase de boceto. Yo no suelo bocetar con mucho detalle, pero hay que planear un fondo por separado para que el cliente lo pueda utilizar, los personajes, una guía orientativa de las paletas de color, los rótulos…
Yo todo eso lo hago muy en plan guarreras, para perder el tiempo justo y que el cliente sepa por dónde van a ir los tiros y sobre eso trabajar cambios y ajustes. La fase de tinta es una de las más delicadas, porque enmarca cómo van a ser las formas y dónde van a ir los colores. Describir un poco una escena o una «emoción» que especificaba el cliente en una carta pequeñita en un entorno art nouveau fue una de las cosas más difíciles de planear. Intentar que se entienda con escenas lo menos abarrotadas posible.
Uno de tus últimos trabajos es el libro de aventuras de la Princesa Prometida. ¿Háblanos de las peculiaridades del proyecto y que ha supuesto trabajar en un juego basado en la película que marcó a toda un generación?
El proyecto era grande. Importaba mucho que el diseño guardara parecido con los actores originales, que el diseño fuera clásico pero no anticuado, y toda esta movida intentando permanecer dentro de mi estilo. Son responsabilidades grandes pero al mismo tiempo se hace con mucho cariño, porque cuando hay oportunidad de trabajar en licencias en muchos casos es de fan a fan.
He dormido poco trabajando este año, entre otras cosas, con algunas de las ilustraciones para el juego, ya que no todas son mías. Había prisa, llevaba varios encargos a la vez y era como hacer malabares. Fue guay que no contaran solamente conmigo para el tema ilustrar, sino también para algunos de los diseños modernistas para marcos de las cartas.
¿En qué proyectos trabajas actualmente?
Todavía quedan por desvelarse algunas de las portadas para juegos en los que he estado trabajando este díscolo 2020, que no se cuándo saldrán a la luz. Ya han ido saliendo las portadas de discos y libros que también han formado parte de la carrera de fondo este año. Ahora mismo he terminado otra tanda de encargos que llevaba arrastrando desde hace meses, ahora estoy con un par de portadas para 2021, un diseño oficial para camisetas de pelis muy guays y algunos proyectos personales en los que tenía ganas de seguir trabajando la verdad. Necesitaba un poco de hueco para respirar profesionalmente. Agradezco mucho tener trabajo, desde luego.
(Todas las imágenes cedidas por Medusa Dollmaker)
