Tenemos el placer de poder entrevistar a Natalia Rojas, ilustradora y responsable del arte junto a Ana María Martínez del galardonado juego de mesa Wingspan de la autora Elizabeth Hargrave y traído en español por la editorial Maldito Games.
¿Cómo fueron tus inicios como ilustradora de juegos de mesa y trayectoria profesional?
Mis inicios como ilustradora de juegos de mesa fue casualidad. Ana y yo veníamos trabajando juntas en un proyecto para lienzos y dándole visibilidad en redes sociales. Fue así como un amigo y cofundador de Stonemaier Games se entero de que yo era artista y fue él quien nos presenta a Jamey Stegmaier ya que casualmente estaban buscando un artista para su próximo juego de mesa que resulto siendo Wingspan. Ana y yo trabajamos juntas en una propuesta para Stonemaier que nos abrió las puertas para iniciarnos en este bonito mundo le la ilustración para juegos de mesa.
Mi trayectoria profesional ha sido un largo recorrido de autodescubrimiento y aceptación. Cuando era niña, había dos cosas que me gustaban; leer y dibujar. Siendo la lectura mi gran pasión. Dibujar me gustaba, pero no me apasionaba, era más bien un escape y pasatiempo. No me gustaba pintar, esculpir u otros aspectos de las artes plásticas así que nunca fue una opción para mí el estudiar arte. Siempre soñé con estudiar algo relacionado con la literatura, pero desafortunadamente no encontré el apoyo indicado en mi familia donde la expectativa era estudiar alguna profesión que te vaya a dar un buen empleo así te guste o no.
Queriendo corresponder el sacrificio económico de mis padres por darme una carrera, acepte estudiar en una Academia de aviación con la esperanza de mis padres de ser auxiliar de vuelo y así asegurar una estabilidad laboral y económica. Pronto aprendí que ese no era un entorno en el cual me sentía cómoda así que lo dejé tras dos semestres. Mas adelante intenté estudiar periodismo, aun tratando de acercarme a mi amor por los libros, pero descubrí que el mundo audiovisual tampoco me gustaba mucho. Fue por este entonces donde tuve la oportunidad de empezar a trabajar en un centro de llamadas en Costa Rica y dejé de estudiar.
Algunos años después empecé a trabajar en el área financiera así que pensé que sería buena idea estudiar administración de empresas, pero resulto siendo terriblemente aburrido para mí. Dejé tres carreras, pero nunca dejé de dibujar. En todas las etapas de mi vida, el dibujo ha sido mi gran constante. La culpa o sensación de fracaso por no haber terminado una carrera profesional me acompaño por años, hasta que me fui adentrando más y más en el dibujo y encontré apoyo en la hermosa comunidad artística. Fue así como a los 30 años, hice las paces conmigo misma y decidí enfocarme en mis habilidades creativas y desarrollarme como artista.
El día de hoy puedo decir que me siento feliz siendo ilustradora autodidacta, aunque no tenga un título profesional y que las experiencias vividas con los intentos fallidos me han servido para crecer no solo en el ámbito profesional, si no personal y espiritual.
Eres una de las responsables del arte del juego de mesa Wingspan. ¿Cómo ha sido su proceso creativo y qué peculiaridades o anécdotas puedes contarnos?
Con las ilustraciones de Wingspan, me parece que no hay mucha cabida para un proceso creativo pues se trata mas bien de recrear algo muy especifico que requiere de gran precisión. Mis dibujos son en su mayoría basados en referencias fotográficas a las cuales no hay que hacerles muchos cambios, pero de vez en cuando nos encontramos con aves de las cuales no hay buen material fotográfico y es ahí cuando hay mas posibilidades de ser creativas. Me gusta mucho el tener que observar videos o hacer una investigación mas profunda de alguna ave y crear una imagen totalmente nueva. Es una especie de Frankenstein con retazos de fotos, ilustraciones y videos que a veces resulta bien y a veces no, pero es definitivamente divertido y retador.
Pregunta de los seguidores: ¿Sientes que tu creatividad se limita a la hora de tener que ajustarse al formato de una carta, tablero, reglamento… de un juego de mesa?
¡Definitivamente! Creo que cualquier ilustración que deba seguir los parámetros de la visión que tiene otra persona es limitante creativamente, específicamente si es algo con el rigor científico de Wingspan pero esto no es algo necesariamente negativo pues es justamente esa precisión lo que a mi personalmente me apasiona. El resaltar la belleza, el detalle, color, etc… de algo que normalmente no se percibe en una foto requiere habilidad y destreza. Es un reto constante que te hace crecer cada día.
¿En qué proyectos te encuentras actualmente?
Actualmente estamos trabajando en la tercera expansión de Wingspan. La idea de Stonemaier Games es publicar una expansión por año, por continente y aun nos falta África, Asia, Centro y sur América, Antártica y algunos promo packs, así que tendremos trabajo por los próximos años ilustrando aves.
Para acabar, ¿nos recomiendas un ilustrador?
Admiro muchísimos ilustradores y artistas de diferentes estilos como CJ Henry, Ileana Hunter, Dominique Cates, Heather Rooney, Lorraine Loots y muchos más.
Muchísimas gracias por ofrecernos este espacio.
(Todas las imágenes cedidas por Natalia Rojas)