Hoy es el turno de la ilustradora y concept artist Vanessa Gale Ambata. Hemos podido hablar con ella sobre su experiencia como ilustradora en los juegos de mesa, Ramen y Land Unter de Ediciones Primigenio y de cómo fue su proceso creativo para el videojuego Windfolk de Playstation.
Hola Vanessa, para nuestros lectores que no conocen tu trabajo, ¿podrías contarnos un poco sobre tus inicios como ilustradora y trayectoria profesional?
Cuando era más joven escribía historias sobre los personajes que pululaban en mi cabeza, los imaginaba con tantos detalles que siempre intentaba dibujarlos. Pero para mí tan solo era un pasatiempo más. Un día en el restaurante de mi familia, inmersa en el dibujo realista de un conejo de peluche que tenía, se me acercó una persona que por lo visto era arquitecto y que había estado observando lo que hacía, me comentó si no había pensado dedicarme a ello porque estaba sorprendido de lo bien que dibujaba. Fue ese día cuando empezó todo…
Unos años más tarde, al terminar la escuela de dibujo recomendada por ese mismo hombre, estuve en un grupo de desarrollo para videojuegos de una universidad de Madrid como concept artist. Aquella experiencia marcaría definitivamente el estilo que iban a tener mis ilustraciones posteriores.
De pronto dibujar había dejado de ser un pasatiempo que hacía para mi propio disfrute a convertirse en algo serio que podía compartir con los demás.
¿Cuál es tu técnica artística favorita? ¿Por qué?
Como me solía decir uno de mis profesores en la escuela de dibujo:
“¡Tienes que ser un artista todoterreno!”
No puedo elegir una en concreto porque cada técnica me aporta una emoción distinta. La mayoría de mis ilustraciones son en digital, medio con el que me siento cómoda y segura porque si cometes un error, siempre puedes arreglarlo. Y las posibilidades son infinitas. Sin embargo la pantalla digital a veces cansa y te satura, y es en esos momentos cuando vuelvo al tradicional, al lápiz, a la goma y el papel o incluso a otras técnicas más elaboradas como la acuarela. Requiere más concentración y eso mismo hace que consiga evadirme y conectar más con la obra.
Tu primer juego ilustrado fue Ramen de Ediciones Primigenio. ¿Qué crees que aprendiste de él?
Lo que he aprendido es que meterse de lleno en algo desconocido como ilustrar juegos de mesa y salirse de tu zona de confort no es tan terrible como parece. Como ilustradora especializada en el diseño de personajes fue chocante al principio la idea de dibujar un juego sobre comida, pero a la vez fascinante por realizar algo que no había hecho con anterioridad.
Otra cosa que he aprendido con Ramen es que hacer un proyecto de algo que te encanta, deja de ser un trabajo y se convierte en algo personal. Saber que lo haces para personas que te conocen y con las que has jugado alguna vez, que tus amigos van a tenerlo en su estantería y que van a echarle un par de partidas… no puedes evitar hacerlo con esmero y mucho cariño.
Estás realizando el arte de la nueva edición en español de Land Unter – Turn the Tide (Marea Alta) ¿Qué nos puedes revelar del proyecto y su arte?
Marea alta es un juego de mesa que me ofrecieron ilustrar el año pasado justo cuando empezó la pandemia y yo vivía en otro país. Al no poder salir por el confinamiento tan restrictivo en Milán, me permitió invertir mucho tiempo en el proceso del proyecto y preparar desde el inicio, el estilo renovado y distintivo que me pedía Ediciones Primigenio en comparación a las otras versiones.
Por otra lado, también sabía que iba a ser difícil superar las expectativas de todos los jugones que llevan mucho tiempo esperando Land Unter en español, así que ha sido un reto para mí en ese sentido. Además, gracias también al trabajo de Dossom Studio, el juego ha conseguido el toque de humor y ‘monosidad’ que se esperaba a pesar de su temática de intentar salvar ovejas a la deriva.
Solo espero que cuando salga a la venta, que será en breves, disfrutéis de ello tanto como yo al ilustrarlo.
También trabajas como ilustradora para el mundo de los videojuegos. ¿Cuáles crees que son las peculiaridades de la ilustración en los juegos de mesa en comparación con los videojuegos?
Podría enumerar un montón diferencias entre ilustrar juegos de mesa y videojuegos pero solo os hablaré de la principal.
De hecho la palabra en sí es una gran diferencia, “Ilustración”en juegos de mesa y “Concept art” para videojuegos. Cuando Ilustras juegos, se te da una temática, un estilo que se quiere conseguir, los personajes que lo van a protagonizar, los colores que va a tener e incluso el tamaño en concreto en los que debes realizar cada dibujo. Además antes de comenzar, debe haber una planificación detallada de los componentes y tener muy clara la idea que te piden, porque no vale el ir probando ya que sería una pérdida total de tiempo.
En videojuegos, solo te dan la idea y tú te encargas de desarrollar dicha idea plasmandolo en un papel. Se requiere varios intentos hasta llegar a un diseño final, por lo tanto cada fase es más lenta y minuciosa. En una de mis colaboraciones, me pusieron un pequeño fragmento de una historia de fantasía en la que se mencionaba una casita. Y eso era todo. Por decirlo de otra forma, no sigues un guión, te dan mucha libertad, lo que por un lado es bueno porque no hay ningún tipo de restricción, pero por otra parte es malo porque justamente por esa misma razón se alarga y se dificulta el trabajo. Es un tipo de arte que incluso a veces no se plasma tal cual en el trabajo final, en muchas ocasiones tan solo son una tanda de esbozos sin mucho detalle que sirven de inspiración para crear el modelo en 3D. Tengo como chiste personal llamarlos ‘lo que pudo ser y no ha sido’ porque la mayoría son solo eso, un puñado de diseños descartados.
Uno de tus últimos trabajos en el sector de los videojuegos es la portada de Windfolk para Playstation, un shooter de desarrollo español, gracias al estudio Fractal Fall. ¿Cómo fue su proceso creativo y qué desafíos encontraste en su creación?
Yo ya antes había trabajado en algo para Playstation, hice una ilustración para el libro de arte del videojuego remasterizado Shadow of the Colossus, sin embargo nunca había tenido la oportunidad de colaborar para un videojuego que iba a ser publicado y mucho menos a nivel mundial. Así que ya puedo decir que he cumplido uno de mis sueños.
El mayor desafío a la hora de realizar la portada para el videojuego Windfolk ha sido la duración de todo el proceso de desarrollo, fueron casi unos 3 meses para solo una obra final. Luego está la dificultad de diseñar una portada basada en un montón de referencias proporcionadas por el estudio y en los concept arts de otro artista ya definidos; copiar el estilo de un proyecto acabado es más difícil que crearlo tú desde cero.
El primer mes estuvo dedicado al fondo, hice todo un estudio completo de ello para familiarizarme con cada elemento. Después de una tanda de esbozos para encontrar una composición interesante (thumbnails), se pasa a limpio el diseño elegido, y sobre ello se añaden capas y capas de un sinfín de detalles hasta llegar a un toque más pulido y realista. El segundo mes fue empleado para dibujar al personaje principal, Esen, que al estar en primer plano necesitaba un grado de realismo mayor ya que es en lo primero en lo que se va a fijar el público. Por exigencias de Playstation estaba obligada a dibujarla totalmente separada de todo lo demás, así que fue un trabajo extra cuando más tarde tuve que juntar todo y meter los retoques para que no se notara. Aquello, más las texturas, los efectos de luz y por último lo que llamamos el ‘proceso de render o renderización’ que es básicamente lo le da la sensación de ‘acabado final’, abarcó el último mes junto al montaje de banners, carteles, avatares, etc…
Conlleva mucho trabajo y es muy agotador, pero como ya he mencionado antes, crear contenido para muchas personas que van a contemplar tu obra, hace que el esfuerzo sea gratificante.
Por último, ¿en qué proyectos te encuentras actualmente?
Ahora mismo estoy realizando pequeños trabajos de diseño gráfico que se alejan mucho de mi ámbito profesional; pero me considero una persona muy versátil y polifacética, así que no me cierro a nuevas oportunidades y me adapto a lo que venga por delante. También estoy en diversos proyectos en colaboración con otros artistas de otros sectores, proyectos que aún están en el horno y que espero que pronto podáis ver, porque no os podéis imaginar lo extraño y poco común que es juntar diferentes ramas de arte. Creo que va a sorprender a todo el mundo.
En este momento, desde ya hace varios meses, he estado muy volcada en el mundillo de los encargos tanto en digital como en técnicas tradicionales. Debido a que cada persona tiene una idea distinta en mente, intento no ponerme ninguna limitación estética; si me piden algo que no sé hacer o que se me da mal, no lo doy por perdido, aprendo y practico hasta que me sale porque “a veces te pedirán cosas que no te gustan”.
Lo que empezó como una simple petición de un amigo, tomó forma y doy clases particulares de dibujo básico. Son personalizadas cuyo temario lo elige la persona que quiere aprender y dependiendo de ello, preparo lo que voy a enseñar antes de cada clase. Esto surgió porque a veces en instagram hago pequeños tutoriales y doy consejos sobre los métodos que uso y por lo visto a más de uno le han gustado mis explicaciones detalladas, así que ahora se lo ofrezco a todo aquel que necesite ayuda sobre algún tema de arte.
Por último y no menos importante, algo que no va cambiar, es que sigo inventándome personajes y escribiendo sus historias como cuando era joven. En algunas de mis publicaciones podéis leer frases o fragmentos escritos por mí, porque a veces la inspiración viene en forma de palabras que van antes del dibujo
(Todas las imágenes cedidas por Vanessa Gale Ambata)